Las familias que lo prefieran pueden cambiarlo por una manta hecha de algodón orgánico y desechos plásticos recogidos del mar

 

El Ayuntamiento de Ámsterdam se comprometió a plantar un árbol por cada bebé nacido en la capital holandesa como regalo para los padres.

Las familias que lo prefieran pueden cambiarlo por una manta hecha de algodón orgánico y desechos plásticos recogidos del mar.

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El municipio informó ayer que la iniciativa supone una “alternativa sostenible” al regalo que tradicionalmente entrega el cabildo a los nuevos padres, que desde 2007 consistía en una toalla de baño con capucha roja y blanca, estampada con el lema de la ciudad “I’m Amsterdam” (expresión en inglés de “Yo soy Ámsterdam”).

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El obsequio se producía en China, con los consiguientes costos de transporte y almacenamiento, a los que había que sumar gastos de higiene, pues la toalla se lavaba hasta tres veces antes de su uso por la cantidad de pintura usada en el estampado. “Los padres recibieron la misma toalla con su segundo, tercer o cuarto hijo”, recordó el gobierno municipal.

La alcaldesa Femke Halsema y los regidores consideran que la producción de ese obsequio “no es muy sostenible” y decidieron reemplazarlo por una opción respetuosa del ambiente.

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“A partir de ahora, los padres podrán elegir entre una manta duradera o un árbol plantado en la ciudad”, dijo el Ayuntamiento.

La fundación holandesa Trees for All sembrará los árboles, preferiblemente dentro de las fronteras de la ciudad, aunque dónde y cómo se llevará al cabo esta acción quedará más claro en septiembre, cuando empezará la distribución de los regalos.

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La manta estará confeccionada con algodón orgánico y plástico reciclado recogido del océano, y será producida en Europa.

Con información de EFE