La violencia deja su rastro.

La Fundación Paz y Reconciliación (Pares) publicó la mañana de este lunes un informe que denuncia la violencia en la zona de frontera de Arauca, de la cual señalan, «no obedece a una diputa abierta entre estructuras armadas ilegales sino a una estrategia de control militar y social por parte del Eln, Frente Domingo Laín».

Autoridades en todo le país se preparan para el posible “paro armado” del Eln

Según el mismo comunicado esta guerrilla tiene una presencia histórica y dominante «dominante en el territorio y luego de finalizado el cese al fuego en 2018 por parte del Gobierno nacional dio inicio a una estrategia de fortalecimiento que ha conducido a un incremento en las cifras de violencia».

Se recrudece la violencia

«Desde entonces se reporta un recrudecimiento de la violencia homicida, especialmente en los municipios de Saravena y Arauquita, teniendo allí unas tasas de homicidio para 2018 de 64,15 y 75,15, respectivamente, lo que en el caso de Arauquita equivale a un incremento del 296% respecto a la tasa de 2017», dice la ONG.

El mismo comunicado también indica que «en zona de frontera el afianzamiento consiste en un despliegue y repliegue de tropas en las zonas de sabana y sobre el río Arauca, lo que les facilita resguardarse de las acciones militares de la Fuerza Pública, adelantar acciones contra esta y controlar rentas ilícitas de frontera como el contrabando de combustibles, semovientes, mercancías y tráfico de armas. Este control fronterizo se expresa además en un control social violento, especialmente sobre la población migrante venezolana en Arauca y Saravena».

Grupos ilegales

Además del Eln, la presencia del Grupo Armado Post-Farc (Gapf), Estructira Décima Martín Villa, aumenta el escenario de violencia en el sector «pues aunque este coexiste recientemente en el territorio con el Eln, ha venido adelantando acciones de violencia
contra la población civil, principalmente en zona fronteriza de Arauca en veredas como Puerto Colombia, Selvas del Lipa, Matal de Flor Amarillo, Los Caballos, Mate e´Piña, Maporita y Feliciano, pertenecientes al corregimiento El Caracol, donde se concentra esta estructura y desde donde estarían realizando cobro de extorsiones (vacunas) a comerciantes (formales e informales), ganaderos, contratistas del sector público y transportadores y control de carreteras».

Un factor adicional a este posible escenario de riesgo en el departamento de Arauca lo constituye su cercanía al departamento del Vichada, donde se experimenta actualmente una intensa dinámica fronteriza de seguridad relacionada con el tráfico de minerales y explotación de personas cerca al arco minero de Venezuela.

“Los sindicatos criminales de Venezuela y los grupos guerrilleros de Colombia vienen generando nuevas amenazas en el sur de Venezuela en su competencia por el control de los lucrativos recursos minerales de la región. Las tensiones y la violencia se han disparado en los últimos meses y podrían empeorar en medio de la crisis presidencial de Venezuela”, se lee en el comunicado de la ONG.