El código, a través de una cartilla de 16 páginas, resulta controversial también para funcionarios de la cartera.
A través de un cuadernillo elaborado por su oficina de Talento Humano, el Ministerio de Relaciones Exteriores dejó claro que sus funcionarios deben dejar los ‘tenis’ y el ‘jean’ de lado. Tendrán prohibida la informalidad para atender asuntos propiamente laborales, como se estipuló en el documento que, a grandes rasgos, pareciese de un carácter tan prioritario como rígido.
Entre los aspectos más discutidos del código de vestuario, las mujeres tienen prohibido usar escotes y faldas cortas; y los accesorios como candongas, aretes, pulseras, collares, entre otros, deberán ser discretos y no muy llamativos. Ningún empleado tendrá autorizado llevar calzado informal ni pantalones descaderados.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores promueve los intereses nacionales en el exterior, es nuestro deber proyectar una imagen seria, profesional y acorde con la misión, visión y los objetivos institucionales, por esta razón la presentación personal no puede estar acompañada de ropa informal (como los tenis) en las instalaciones del Ministerio”.
Muy cachaco el código de vestuario en la Cancillería ¿Qué les parece? pic.twitter.com/5XOcc1XVlX
— Maritza Aristizábal (@Maryaristizabal) January 17, 2023
Se agudiza dicha controversia cuando la cartilla, al mismo tiempo, estipula a modo de «sugerencia» las características de su código: tipos de telas, estilos de maquillaje con sus respectivas paletas (privando a la mujer de usar tonalidades fuertes), categorías de atuendos y otros tantos requisitos que, según la cartera, promueven el «buen protocolo».
Referente a esto, el canciller Alvaro Leyva no se ha pronunciado. Por su parte, desde otros ministerios y apelando a la autonomía, se atienden compromisos sin códigos de vestuario estipulados, tal y como se le vio a Irene Vélez, cabeza máxima de Minas y Energía, recibiendo a la ministra de Industria, Comercio y Turismo de España, Reyes Maroto.
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