De 20 marchas y concentraciones, solo en cuatro tuvo que intervenir el EsmadUno de los primeros hechos que llamaron la atención fue el bloqueo, desde muy temprano (4:30 de la madrugada), del portal de TransMilenio en Suba. Miles de personas que a esa hora intentaban movilizarse a sus lugares de trabajo y estudio no pudieron acceder a los buses por culpa de manifestantes que obstaculizaron el acceso. Horas más tarde, lo que había transcurrido en calma empezó a agitarse.

Fue entonces cuando se aplicó la estrategia de la alcaldía: dialogar con los manifestantes a través de los gestores de convivencia. Minutos después, y ante la poca efectividad de ese diálogo, fue necesaria la presencia de la Fuerza Disponible de la Policía.

Para entonces los ánimos se habían caldeado, y un grupo de encapuchados intentó vandalizar el sistema y agredió con piedras a los uniformados. A raíz de esto se activó el último recurso disponible, el Esmad, que a los pocos minutos controló la situación.

¿El saldo? Cuatro policías heridos, uno de ellos el coronel John Jairo Urrea, comandante de la estación de Suba, a quien le dieron 20 días de incapacidad.

Se contaron 20 manifestaciones este martes en Bogotá. Las más grandes se registraron en la carrera 7.ª y la avenida Eldorado, donde varias estaciones de TransMilenio fueron semidestruidas. También hubo protestas en el sector de Banderas con las Américas, en Kennedy, donde un uniformado resultó con lesiones. Incluso, conductores de Uber se sumaron a la jornada.

En total, 15 estaciones y 37 buses (21 zonales azules y 16 troncales) del sistema TransMilenio terminaron vandalizados, y la alcaldesa denunció que varios de estos vehículos intentaron ser destruidos e incendiados, hecho que calificó de “inaceptable y peligroso”.

Una de estas situaciones se presentó, justamente, en la troncal de Banderas, donde se incendiaron llantas, se agredió a la Fuerza Pública y también tuvo que intervenir el Esmad. A lo largo del día, 86 personas tuvieron que ser llevadas al Centro de Traslado por Protección (CTP). Tres de ellas fueron judicializadas.

A la hora del balance, cabe resaltar que para el número de protestas que se registraron durante la jornada, el hecho de que solo haya sido necesaria la presencia del Esmad en cuatro de ellas es destacable.

Bloqueos en Suba

Encapuchados atacaron a miembros de la Fuerza Disponible en Suba; 4 policías resultaron heridos.

Foto:

Mauricio Moreno / CEET

El diálogo permanente, la titánica labor de los gestores de convivencia y la presencia del secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, en varias de ellas, dejó ver que en este frente la dinámica que muestra el gobierno distrital es otra y que tomará tiempo para que la ciudadanía lo entienda.

Marcha por la 26

Grupos sociales avanzan por la calle 26 en compañía de los gestores de convivencia de la alcaldía distrital.

Foto:

Mauricio Moreno / CEET

No obstante, para algunos críticos las cosas hay que verlas bajo otro prisma, pues así como hubo diálogo también se presentaron demoras a la hora de reaccionar. En el caso de Suba, por ejemplo, una atención más oportuna del Esmad hubiera evitado los policías heridos.

Las imágenes de los agentes siendo golpeados sin misericordia se volvió viral y ello generó duras críticas entre la ciudadanía y entre quienes consideran que el protocolo de la Alcaldía “se estrelló contra la realidad”, como señaló Daniel Mejía, exsecretario de Seguridad, en uno de sus trinos. Otros opinaron que el protocolo que se está aplicando ya existía, y que el Esmad siempre ha actuado como última instancia.

López, que tuvo que dividir su tiempo entre supervisar las marchas y atender la emergencia que se presentó con un accidente de un bus escolar en el sur de la ciudad, dio un balance positivo de la jornada.

“Quiero invitar a que reconozcamos a las mayorías pacíficas que marcharon el día de hoy (martes), que rechacemos todos la violencia y a los encapuchados violentos que no representan a los manifestantes y que fueron legítimamente contenidos”, dijo la alcaldesa.

Finalmente, López dijo que “demostramos que pudimos pasar de un manejo con estigmatización, militarización, toque de queda y muertos, a un reconocimiento de la protesta social, sin muertos que lamentar, ni militarización, ni toque de queda”.

 

Fuente: EL TIEMPO