Desde flagelarse y ponerse hielo en el pene hasta realizarse exorcismos, así intentan los curas brasileros dejar de lado su atracción por los hombres

A lo largo de la historia los sacerdotes han estado marcados por misterios y un ‘estricto’ comportamiento en cuanto a las ‘normas’ religiosas se refiere, por ello, el ser homosexual no es una opción para los miembros del clero.

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La BBC realizó un informe basado en testimonios de sacerdotes de Brasil, quienes cuentan sus experiencias y extremos intentos por ‘liberarse’ de la homosexualidad, «¡en nombre de Jesús, demonio de la homosexualidad, sal de mí!», es uno de los clamores que se escuchaba en un seminario católico en Sao Paulo donde un joven de 20 años suplicaba un cambio en su sentir.

Se flagelaba, gritaba, lastimaba su órgano sexual y le ponía cubos de hielo «espíritu enemigo, manifestación del mal. ¡Sal de mí!», eran sus clamores constantes para intentar exorcizar su atracción por los hombres.

El joven creció escuchando que la homosexualidad es «contraria a la ley natural» y estar en el seminario le reforzó la idea de que era una «enfermedad» ya después de años logró ordenarse como sacerdote pero siguió con su lucha interna.

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«Demonicé esa parte de mí. Me di cuenta de que tenía la ‘tendencia’ y me volví loco. Recuerdo el día en que me dije: ‘Dios mío, sospecho que soy gay. Ni siquiera merezco estar vivo'», indicó a BBC.

En cuanto a su decisión de ser cura pese a lo que sentía, afirmó que lo motivaba la «iglesia para los pobres», ayudar a los necesitados y no ser indiferente ante ellos. Así que siguió con su deseo de ayudar desde la Iglesia pero con sus gustos ocultos, por los que visitó un psicólogo experto en «terapia de conversión», la llamada «cura gay», pero no le funcionó y se sumió en la pornografía gay y la culpa.

Después visitó otro profesional en psicología que le dio herramientas para deshacerse del tabú y contribuyó al proceso de aceptación de sí mismo. «La tranquilidad de comprender que no era solo yo me ayudó mucho, reduje (el consumo de) pornografía y la masturbación. Las cosas dejaron de ser tan abrumadoras como lo eran antes. Y dejé de culparme por el placer», aseguró.

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Según el informe del medio, sacerdotes, educadores y académicos estiman que, de los hombres en el clero, al menos un 30 % son homosexuales, pero en un entorno tan inflexible no tienen otra opción que callar.

«La Iglesia católica en Brasil está muy comprometida con los problemas sociales. Sin embargo, en asuntos de moralidad sexual, la práctica y el discurso siguen siendo los mismos que en las décadas de los 1940 y 1950», afirmó a su vez, el profesor titular de la Pontificia Universidad Católica de Campinas, el padre José Trasferetti sobre los sacerdotes homosexuales en Brasil.