El fútbol ya no está en el gramado sino en la imaginación del futbolista que se pone en la sala de su casa a darle un pase a su hijo que la clava en el ángulo del copete de la cama, golazo

El Campín fútbol dimayor
El fútbol se detuvo, ya los fines de semana no son igual.

«El deporte más hermoso del mundo», como le dice Luis Omar Tapia a cada pitazo inicial, está atravesando una crisis que nunca había esperado atravesar. Desde el fútbol colombiano hasta la liga turca, desde la Super Liga Argentina hasta la Bundesliga, todo se detuvo.

El gramado está intacto

No se mueve el balón. Y es que el deporte -como espectáculo que es- pasa a segundo plano cuando un virus ataca al mundo de la forma en la que el Covid-19 lo está haciendo. Y no solo es el balompié internacional el que está sufriendo, todos los deportes que tienen que darse dentro de un recinto están llevándose la peor parte de la crisis económica.

No hay taquillas, no hay venta de refrigerios, no hay VIP, no hay venta de camisetas, y a esto se suma que no hay transmisiones, no hay venta de jugadores, no hay nada de lo que hace del fútbol un deporte tan rentable como en los últimos años, y eso no está cerca de acabar.

El coronavirus Covid-19 terminó con el deporte entre febrero y marzo, pero deberán pasar meses para que retome su curso o tome curso alguno, ya que los cambios, sobre todo en el fútbol, parece inevitable que sean una realidad a la vuelta de la esquinna.

El fútbol está obligado a cambiar… ¿O no?

Lo dijo el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en una entrevista concedida a La Gazzetta dello Sport: «Podemos tener menos competiciones y diferentes formatos, pero más interesantes; y quizá menos equipos, pero más igualados; y menos partidos, pero más competitivos, para así preservar la salud de los jugadores. No es ciencia ficción. Hablemos de ello».

No obstante, estas palabras del dirigente de la FIFA fueron rápidamente rebatidas por otro peso pesado, Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional de España, quien usó su cuenta en Twitter para tildar de «inoportunas las declaraciones de Infantino, pero tiene razón, empecemos por eliminar fechas FIFA donde hay partidos sin interés, partidos de mundiales sin interés, mundial de clubes sin interés. Pretende destruir el fútbol que ha construido la historia».

Entonces, por lo que se ve en las primeras de cambio, el fútbol no tiene al virus como único enemigo, sino a sus mismos dirigentes, que en lugar de ponerse de acuerdo a la hora de hablar frente a las cámaras o en las redes sociales, cada uno saca su propuesta, debate la del otro y al final tanto el futbolista como los que viven de su talento siguen sin sustento y sin esperanza de un plan para tenerlo.

Pasemos a la casa

Pasando al patio, en Colombia la estrategia para mitigar los daños de las medidas impuestas para frenar la propagación masiva del virus es nula, no hay, no existe, y ya la Dimayor dio cuenta de eso a través de una carta publicada el domingo.

Otro dato que hay que agregar es que Win+ quedó en el aire. Lo único que tenía para transmitir, a la tarifa que impuso para los que quisieran ver fútbol nacional, era la Liga BetPlay, pero ahora no hay fútbol… entonces, qué le puede ofrecer este canal pago a los que ya cancelaron su suscripción. Porque lo que se está viendo hasta ahora es poco y nada, una reducción ínfima de la mensualidad a pagar y nada más que eso.

Volviendo a la Dimayor, los titulares del domingo estuvieron en una misma tónica, la institución que dirige el fútbol nacional le pide «salvación», «salvamento», «ayuda», «rescate» al Gobierno. Pero… esto no es tan así, ¿0 sí?

A través de la carta hecha pública por Twitter pero dirigida al presidente Iván Duque, la Dimayor exige “políticas de salvamento que ayuden a sobrellevar las dificultades económicas que afrontan los clubes del rentado nacional, por la emergencia sanitaria que ha ocasionado la pandemia del Covid-19”.

A esto el presidente de la Dimayor, Jorge Ennrique Vélez, respondió en entrevista con El Tiempo, que «no estamos pidiendo plata, no sería lógico ni coherente, el país tiene otras necesidades. Estamos pidiendo políticas, no excepcionales, sino de las que ya fueron trazadas por el Gobierno”.

En el documento la Dimayor asegura que las pérdidas superarán los $80 mil millones, por lo que les es necesario acudir al Gobierno nacional para «establecer políticas de cooperación (…) con el fin de mitigar la situación que están atravesando los clubes debido a que no están recibiendo ingresos”.

Hay equipos que pueden y otros que no

De hecho, en el documento también se habla de un crédito para algunos equipos, y es que claro, clubes como Jaguares han tenido que suspender unilateralmente los contratos de sus jugadores por falta de liquidez y presupuesto.

Otros como Santa Fe han hecho encuestas para conocer la opinión de los hinchas sobre qué medidas tomar. Millonarios tomó la decisión de suspender parte de los salarios, con el compromiso de dar este dinero una vez termine la crisis.

Pero qué pasa con equipos no tan robustos, qué sucede con las divisiones inferiores, qué opciones tienen los clubes de la segunda división. Se ha leído que en España, Italia, Francia e Inglaterra el plan es bajar los sueldos y ya, pero, ¿es comparable la capacidad económica de esas federaciones a la colombiana?, ¿esas son las únicas mediadas que tomarán para aguantar el golpe financiero?

Con los pies en la tierra y la mirada puesta en el futuro, los dirigentes del fútbol, deportistas, hinchas y periodistas tendrán que maniobrar esta parada obligatoria y trabajar en conjunto para, cuando sea posible, hacer del fútbol, ahora sí, el deporte más hermoso del mundo.

Por Gilberto Rojas

Periodista de Momento24