A este virus no se le puede amenazar, apresar, cortar suministros, comprar ni ignorar, y de eso hoy el Presidente de Rusia se ha dado cuenta

 

El ‘Oso Ruso’, el hombre fuerte que se ve en la cima del Kremlin dispuesto a dominar al mundo y hacer de Rusia la potencia más grande, Vladimir Putin, se está debilitando o así lo deja ver una ola de críticas que se acumulan en la Plaza Roja de Moscú por el mal manejo de la crisis económica y sanitaria que ha llevado consigo el coronavirus Covid-19.

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El ‘Oso Ruso’ se debilita ante el Covid-19

A este virus no se le puede amenazar, apresar, cortar suministros, comprar ni ignorar, y de eso hoy el Presidente de Rusia se ha dado cuenta. Putin informó este mismo jueves que el país debería volver a trabajar y dio luz verde para poner en marcha un protocolo de bioseguridad donde solo las empresas «más esenciales» reabrirían sus puertos.

Horas más tarde se registraban 250.000 rusos contagiados en todo el país, lo que hacía que la «madre patria» se convirtiera en la segunda nación más afectada por el coronavirus en todo el mundo, de nuevo, por debajo de Estados Unidos.

A esto se le suma que a principios de semana, el vocero político y dimplomático más importante de Putis, Dmitry Peskov, fue internado por contraer Covid-19. Este se sumaba a cuatro alfiles del Kremlin que también habían contraído el virus.

La imagen fuerte ya no es tan fuerte

Ante esto, el diario The Moscow Times -editado en inglés- fue contundente en una de sus editoriales escrita por el analista Evan Gershkovich. “A medida que crece el contagio del coronavirus en Rusia, la imagen del hombre fuerte de Putin se debilita”, tituló el popular medio. Allí cita las palabras de la analista política de R. Politik Tatiana Stanovaya: “Putin perdió su toque con la realidad. Pareciera como si no entendiera en qué país está”.

La imagen descrita por Gershkovich durante las esporádicas apariciones públicas para explicar la epidemia en su país fue brutal por tratarse de un régimen que no acepta este tipo de opiniones: “El Presidente abandonó su habitual imagen de líder fuerte durante la mayor parte del brote. Ha aparecido semanalmente en la televisión estatal en videoconferencias con el gabinete y funcionarios regionales, pero parece aburrido, recostado en su silla y jugando con un bolígrafo en lugar de prestar atención”.

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Para Stanovaya la “cuarentena es aburrida” para un hombre acostumbrado a los juegos del poder que plantea tanto la política local como la internacional. Según reveló la politóloga, Putin estuvo aislado durante todo este tiempo por sus colaboradores que se preocupan por darle buenas noticias para evitar su ira y represalias.

¿De político a misionero?

“Parece no comprender la complejidad del brote”. “Se ha transformado de político en misionero, sintiendo responsabilidad con la historia, no con la gente. Los juegos geopolíticos son interesantes para él; el encierro es aburrido», indicó Stanovaya.

“A medida que el coronavirus se extendió por toda Rusia, Putin pasó la responsabilidad de sí mismo a las autoridades menores, encargando al alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, que liderara el grupo de trabajo de coronavirus del país e instruyera a los gobernadores regionales a tomar sus propias decisiones políticas.

La imagen de Putin se debilita

A saber: aunque Putin pidió el lunes que la economía vuelva a funcionar, dejó la implementación de medidas precisas para lograr este objetivo a las autoridades regionales. Moscú, el epicentro del brote de Rusia, por ahora permanece, al menos técnicamente, bajo encierro”, subrayó Gershkovich.

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Alexander Kynev, científico y político ruso, cree lo mismo: la imagen de Putin durante la lucha contra el coronavirus se debilita. «Ya no parece un líder fuerte. Durante tantos años su carisma fue su bravuconería. Incluso si era un hijo de puta, era poderoso. Y esto le había hecho ganar el respeto incluso de aquellos que no estaban contentos con él. Ahora parece un lobo viejo y enfermo” remarcó Kynev.

Con información de Infobae