«En el momento de su aprehensión esta persona tenía en su poder documentos que le acreditan como militar activo en el grado de sargento segundo, identificado como Gerardo José Rojas Castillo»

 

Caso espía venezolano. Aunque se había dado la orden de expulsar del país al funcionario militar venezolano que fungía como «espía» en territorio colombiano y que fue capturado la noche del miércoles en un puesto de control entre Valledupar y La Guajira, en las últimas se conoció una contraorden para que este sea judicializado en territorio nacional.

El Ejército capturó a militar venezolano señalado de “espionaje”

Gerardo José Rojas Castillo, nombre con el se identificó al funcionario de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), fue trasladado por Migración Colombia a Paraguachón, en La Guajira, zona fronteriza donde iba a ser entregado a las autoridades migratorias del país vecino, pero no fue así.

En caso de que lo expulsen, el sujeto no podrá ingresar a Colombia por al menos 10 años, algo que a un «espía» poco le importaría, y claro, su devolución a Venezuela sería una ganancia para él y por los actos delictivos que cometió de este lado de la frontera.

De acuerdo con el Ejército, luego de un trabajo de contrainteligencia, por más de un año, se concretó la captura de Rojas Castillo, quien hace parte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

El «espía» habría ingresado al país en calidad de refugiado en febrero de 2019 «con la misión de desarrollar actividades de espionaje a las unidades militares en el territorio nacional, especialmente sobre los departamentos de La Guajira y Cesar», afirmó el Ejército en un comunicado.

«En el momento de su aprehensión esta persona tenía en su poder documentos que le acreditan como militar activo en el grado de sargento segundo, identificado como Gerardo José Rojas Castillo, procedente de la ciudad de Carora, del estado Lara, Venezuela, información que él mismo posteriormente confirmó», se lee en el comunicado del Ejército.

El «espía», según datos recopilados por el Ejército Nacional, «cuenta con los cursos y capacitaciones militares de Dgcim, Curso Cazador, Fuerzas Especiales o Caribe, Curso de Paracaidista, Curso de Mando y Conducción y Curso de Infiltración».

«Al parecer, fingía ser el dueño de un puesto de venta de jugos frente a las instalaciones militares y, posteriormente, logró ingresar a una empresa de Transportes de Valledupar como vigilante de seguridad, donde podía observar de forma permanente los movimientos externos del Cantón Militar de la Décima Brigada Blindada», del Ejército Nacional.

El Tiempo estableció que la mamá y la esposa del militar expulsado residen en el país.