Al menos cuatro presuntos mercenarios rusos de la Compañía Privada de Seguridad Militar (PSMC) de ese país «Wagner Group» murieron este miércoles en un accidente de helicóptero en el frente de Libia, informó a EFE un portavoz oficial militar.

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Según el general Abd al-Hadi Dara, portavoz en el frente de Sirte-Al Jufra de la ofensiva del Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli, el helicóptero armas y explotó cuando volaba rumbo a una de las bases que supuestamente ocupa en la zona este grupo, propiedad del oligarca Yevgueni Prighozin, miembro del círculo íntimo del presidente Vladimir Putin.

La información no ha sido confirmada ni desmentida hasta el momento ni por Moscú ni por las fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, tutor del Ejecutivo no reconocido en el este de Libia y hombre fuerte del país.

La presencia de tropas irregulares rusas en la línea del frente en Libia salió a la luz en septiembre de 2019, fecha en la que se informó de la muerte de siete soldados de fortuna en el extrarradio sur de Trípoli, entonces bajo asedio militar de Hafter.

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Un Estado fallido

Además de «Wagner Group», cuya relación niega el Kremlin, en Libia están también presentes otras empresas de seguridad privada rusas con experiencia en Libia como «Shieft Group» o «Moran Group»,especializadas en escolta y protección de instalaciones petroleras.

Liderada por el ucraniano Dimitriy Valeryevich Utkin, teniente coronel y excomandante de brigada de una unidad de las fuerzas especiales rusas «Spetsnaz GRU», el Grupo Wagner cobró fama durante la guerra de Dombas, en Ucrania, antes de trasladarse a Libia, donde combatió al Estado Islámico.

Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera a la victoria de las heterogéneas milicias rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.

Desde 2015 es escenario de un cruento conflicto fratricida que ha devenido en un enfrentamiento armado multinacional privatizado, sin ejércitos regulares, librado por milicias locales y mercenarios extranjeros.

El GNA cuenta con el apoyo de la Unión Europea, Catar y Turquía, país este último que le ha facilitado oficiales y mercenarios sirios reclutados entre los grupos de oposición a Bachar al Asad.

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Y Hafter con el respaldo de Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Sudán y Rusia, que además de mercenarios rusos le ha facilitado igualmente soldados de fortuna sirios de los grupos favorables al presidente sirio.

Con información de EFE