Mucho escepticismo existe entre los venezolanos que quieren democracia
Tras incontables conversaciones fracasadas, la diezmada oposición en Venezuela y la dictadura genocida que mantiene al país hermano en su peor crisis desde la Guerra Federal iniciaron una nueva rueda de negociaciones, esta vez en México, para intentar lograr elecciones libres.
Escepticismo total en Venezuela
Desde el régimen buscan que Estados Unidos les elimine las sanciones a sus empresas y funcionarios para que puedan seguir robando, mientras que del lado democrático buscan garantías para unos comicios que den con la salida del chavismo de poder.
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A través de un acto público en el Museo Nacional de Antropología, en Ciudad de México, los representantes de la dictadura, Jorge Rodríguez, y de la oposición, Gerardo Blyde, firmaron un ‘memo’ este viernes que da comienzo al diálogo.
Este proceso impulsado por Noruega, Holanda y Rusia llega cuando ya hay más de 5 millones de venezolanos fuera de su país, centenares de presos políticos, ajusticiamientos diarios, impunidad total para los esbirros de régimen y un dictamen de la Corte Penal Internacional en ciernes.
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El documento firmado por ambos bandos de Venezuela muestra disposición a «acordar las condiciones necesarias para que se lleven a cabo los procesos electorales consagrados en la Constitución con todas las garantías y entendiendo la necesidad de que sean levantadas las sanciones internacionales».
Según el jefe del equipo noruego, Dag Nylander, la agenda de esta nueva negociación tiene siete puntos clave qué lograr:
- Derechos políticos.
- Cronograma electoral con garantías.
- Respeto al estado de Derecho.
- Levantamiento de sanciones.
- Renuncia a la violencia.
- Medidas de protección social.
- Garantías de implementación de lo acordado.
De hecho aseguró que los resultados de esta negociación «serán irreversibles desde su emisión» para Venezuela.
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A su turno, Rodríguez, haciendo uso de su ‘destacada’ perorata, dijo que «esta firma significa mucho, significa todo, porque significa esperanza. Cuidemos esta esperanza, cuidemos nuestra capacidad y audacia, para conseguir puntos de confluencia».
Agregó que buscará «puntos de confluencia para garantizar el porvenir y la felicidad del pueblo» y que «Venezuela no funciona con presiones».
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Por su parte Blyde dijo que el objetivo principal es «lograr un acuerdo integral que conviene a todos, en el que nadie se sienta vencido y todos nos sintamos incluidos (…) No ha sido fácil acordar la agenda a ser discutida y desarrollar las pautas que regirán el proceso».
Mucho escepticismo existe entre los venezolanos que quieren democracia, pero aparentemente no hay otra manera de ver el futuro en este momento, ya que la intervención militar o un levantamiento armado no se han planteado con seriedad.
