Documentos obtenidos y divulgados por la CIA revelan que Bin Laden ordenó matar a Obama pero no a su entonces Vicepresidente, dado que creía que «Biden carece totalmente de la preparación para el cargo (la Presidencia), lo que llevará a Estados Unidos a una crisis»
Joe Biden es el nuevo presidente de los Estados Unidos arrasando con el ya mandatario saliente Donald Trump en los últimos días de un conteo donde el nerviosismo, las protestas y las acusaciones de fraude tomaron el control de la nación norteamericana.
No obstante, fuera de las fronteras del gigante es poco lo que se conoce a este político de carrera, siempre bajo la sombra de gigantes del partido Demócrata pero inamovible en los más altos cargos del Capitolio y la Casa Blanca.
El ‘Tío Joe’ o ‘Sleepe Joe’
Llamado por sus seguidores como el ‘Tío Joe’ y por sus adversarios como ‘Sleepe Joe’ es un experto en política exterior con décadas de experiencia en Washington, visto como un hombre cercano, de clase trabajadora y cuyo encanto demostró llegar con facilidad a la gente común.
Para sus detractores, por otro lado, es un desfasado miembro del establishment con tendencia a meter la pata y demasiado mayor para el cargo.
En su discurso de aceptación de la nominación Demócrata, Biden trató de despejar las dudas que todavía, este sábado, se ciernen sobre él: «Si me confían la presidencia, me apoyaré en lo mejor de nosotros, no en lo peor. Seré un aliado de la luz, no de la oscuridad. Es la hora de que nosotros (…) nos unamos y, no se equivoquen, unidos podemos superar y superaremos esta etapa de oscuridad», aseguró.
Décadas de política y campañas
Biden tiene una larga trayectoria haciendo campañas electorales. Su carrera en Washington empezó en el Senado en 1973 y su primer intento de llegar a la Presidencia data de 1987. Como orador tiene un talento natural para conquistar a los electores, pero es también una bomba de tiempo, siempre a una frase de distancia del desastre.
Esa tendencia a dejarse llevar mientras habla frente a una multitud puso fin a su primera campaña presidencial (esta fue la tercera) antes incluso de que arrancara. En los mítines empezó a decir: «Mis antepasados trabajaban en minas en carbón en el noreste de Pensilvania» y aseguraba que estaba molesto porque ellos nunca tuvieron en la vida las oportunidades que merecían.
Pero ninguno de sus antepasados había sido minero. Había tomado esa frase (y muchas otras) de un discurso del político británico Neil Kinnock, cuyos familiares realmente habían trabajado en las minas.
Esa fue apenas la primera de muchas frases que han terminado por ser conocidas como las «bombas de Joe».
Décadas de improvisaciones alarmantes
Como Vicepresidente de Obama en 2009 causó alarma entre los ciudadanos al decir que había un «30 % de probabilidades de error» en su gestión de la economía. Y es que quizá Biden fue afortunado de haber sido escogido como el compañero de fórmula del primer Presidente negro, tras describirlo como «el primer afroamericanos corriente que sabe expresarse, es brillante, limpio y bien parecido».
Pese a ese comentario, el apoyo a Biden entre los afroamericanos fue muy alto durante la campaña presidencial.
Sin embargo, una de sus primeras apariciones en un programa de radio conducido por el presentador negro Charlamagne Tha God rápidamente derivó en un desastre, tras decir: «Si tienes problemas para decidir si me apoyas a mí o a Trump, entonces no eres negro«.
Esa frase desató una tormenta en los medios que puso a su equipo de campaña a trabajar desesperadamente para intentar mitigar la impresión de que Biden daba por asegurados los votos de los afroamericanos.
Es fácil ver por qué un periodista de NY Magazine escribió el año pasado que la posibilidad de que «Biden improvise un discurso es algo que todo su equipo de campaña parece estar concentrado en evitar a toda costa».
Veterano de campaña
La otra cara de sus habilidades (y deficiencias) oratorias es que en un mundo de políticos autómatas que escupen discursos cuidadosamente armados, Biden luce como una persona auténtica.
Dice que el recuerdo de su tartamudez infantil hace que no le guste leer los discursos de un apuntador electrónico y, en lugar de ello, habla de memoria.
Biden es capaz de llevar hasta la histeria un mitin con obreros estadounidenses con un discurso improvisado y luego unirse a la multitud, dando apretones de mano, palmadas en las espaldas y posando para selfies como una estrella de rock canosa.
«Él los junta y los abraza verbalmente y, a veces, físicamente», le dijo John Kerry, exsecretario de Estado y excandidato presidencial, a la revista New Yorker. «Es un político muy de contacto. Y lo es de verdad. Nada de esto es fingido», agregó.
Todo esto, obviamente, antes de la expansión del coronavirus y las consabidas medidas de distanciamiento social.
Pero, justamente, lo «sobón» que se pone también se ha vuelto una fuente de problemas.
Fuertes acusaciones
El año pasado, ocho mujeres acusaron a Biden por toques, abrazos y besos inapropiados, mientras que la televisión estadounidense mostraba videos en los que se le veía saludando a mujeres en eventos públicos con gestos de mucha proximidad física, lo que -en ocasiones- incluía oler sus cabellos.
En respuesta, Biden se comprometió a «tener más cuidado» en sus interacciones.
No obstante, el pasado marzo, Tara Reade denunció que él la puso contra una pared y la agredió sexualmente hace 30 años, cuando ella trabajaba como asistente de su oficina en Washington.
Biden rechazó la acusación y su equipo de campaña emitió una declaración negando lo ocurrido.
Desde la aparición del movimiento #MeToo, los Demócratas -incluyendo a Biden- han insistido en que la sociedad debería creer a las mujeres. Cualquier intento de minimizar las acusaciones en su contra dejará a muchos activistas en una posición muy incómoda.
En una entrevista emitida este año en televisión, Reade acusó a miembros del equipo de Biden de «decir cosas realmente horribles» sobre ella y hacia ella «en redes sociales».
Reconoció que Biden directamente no había hecho estas cosas, pero acusó a su equipo de campaña de hipocresía.
Décadas de experiencia son décadas de aciertos y errores
Tiene una enorme experiencia en Washington, con unas tres décadas en el Senado y ocho años como Vicepresidente de Obama. El problema es que este tipo de currículo largo no siempre ayuda.
Al Gore (ocho años en la Cámara de Representantes, ocho años en el Senado y ocho años como Vicepresidente), John Kerry (28 años en el Senado) y Hillary Clinton (ocho años como Primera Dama y ocho años en el Senado) fracasaron cuando intentaron derrotar a candidatos presidenciales Republicanos con menos experiencia. Este no fue el caso.
Biden ha estado implicado o ha fijado posición acerca de cada gran evento ocurrido en las últimas décadas y algunas de esas decisiones podrían no lucir bien en el actual clima político.
En la década de 1970 se puso al lado de los segregacionistas del sur al oponerse a la práctica de enviar a los niños en buses a escuelas en otros barrios con el fin de integrar racialmente las escuelas públicas. Esto fue motivo de repetidos ataques en su contra durante esta campaña.
Tragedia familiar
Tristemente para Biden una de las razones por las cuales parece menos distante que muchos políticos es debido a que él ha sido tocado por algo que nos afecta a todos: la muerte.
Mientras se preparaba para juramentarse, poco después de ganar su primera elección al Senado, su esposa Neilia y su hija Naomi murieron en un accidente de auto, en el que también resultaron heridos sus dos hijos, Beau y Hunter.
Beau murió en 2015, a los 46 años de edad, a causa de un cáncer cerebral.
Pero hay una parte de su historia familiar que es muy distinta: la de su otro hijo, Hunter.
¿Poder, corrupción y mentiras?
Hunter se convirtió en un abogado y en un cabildero antes de que su vida personal se saliera de control. En sus documentos de divorcio, su primera esposa mencionó uso de drogas y alcohol, así como locales de striptease.
Además, Hunter fue expulsado de la reserva de la Fuerza Naval de EEUU luego de dar positivo en una prueba de uso de cocaína.
En una entrevista con la revista New Yorker, admitió que una vez recibió un diamante de un multimillonario chino del sector energético que, posteriormente, fue investigado por las autoridades en Pekín bajo acusaciones de corrupción.
La forma cada vez más pública en la que Hunter ha combinado su vida privada (el año pasado se casó por segunda vez, una semana después de conocer a su nueva esposa) mientras gana grandes cantidades de dinero generó muchos titulares negativos para su padre en medio de la campaña.
Relaciones exteriores
Un escándalo en el extranjero es particularmente dañino para Biden, dado que una de sus fortalezas es su experiencia diplomática.
Él estuvo al frente del comité de Relaciones Exteriores del Senado y presume de que ha «conocido a todos los líderes importantes del mundo en los últimos 45 años».
Biden votó en contra de la Guerra del Golfo en 1991, luego a favor de la invasión de Irak en 2003, aunque después se convirtió en un crítico de la implicación de Estados Unidos ahí.
Naturalmente cauteloso, recomendó a Obama no realizar la operación de las fuerzas especiales que culminó con la muerte de Osama Bin Laden.
Irónicamente, parece que el líder de Al Qaeda no tenía en gran valía a Biden.
Documentos obtenidos y divulgados por la CIA revelan que Bin Laden ordenó matar a Obama pero no a su entonces Vicepresidente, dado que creía que «Biden carece totalmente de la preparación para el cargo (la Presidencia), lo que llevará a Estados Unidos a una crisis«.
Así pues, este es el nuevo presidente de los Estados Unidos, a grandes rasgos, Joe Biden.