El coronavirus se ha propagado por los barrios más humildes y vulnerables de Leticia, «donde la Policía no entra, no porque sean peligrosos (…) pero es muy difícil el acceso”.
A pesar que autoridades nacionales, departamentales y locales, sumadas al Ejército cuidado la frontera y la Policía Nacional haciendo ronda por las calles, intentaron hacer cumplir el primer día de la cuarentena total en el departamento del Amazonas, fueron más los problemas que la gente en casa.
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Y es que en una región tan pobre y con tanto tiempo de abandono del Estado, que no tiene las condiciones necesarias de trabajo digno, pues mucho menos puede cumplir un confinamiento como lo ha querido el Gobierno, ya que no existen ni las cañerías.
Así lo dejaron ver cientos de personas en las calles de Leticia este mismo viernes y lo ratificó el contralor departamental del Amazonas, Daniel Oliveira, a través de El Tiempo, quien aseguró que siquiera hay acueducto ni alcantarillado. «¿Cómo le piden a la gente que se quede en la casa si no hay comida?, ¿cómo le piden que se lave las manos si no hay agua?”, se preguntó el funcionario.
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A esto se suma la compra de alimentos, ya que por la diferencia de precios, siendo Colombia más costosa, muchos nacionales viven en Tabatinga, ciudad fronteriza brasileña, y trabajan en Leticia, por lo que los alimentos los compran del lado canariño.
También pasa al contrario, pero sobre todo, el colombiano de esta zona del país cruza la frontera para hacerse con medicinas y alimentos, tanto por los precios como por las condiciones en las que puede adquirir lo que necesita al otro lado de la calle.
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Por su parte, el alcalde de Leticia, Jorge Luis Mendoza, le aseguró este mismo viernes a Caracol Noticias que estas medidas «son necesarias para garantizar la salud de los habitantes» de la capital del Amazonas, pero del dicho al hecho…
Sin embargo, la realidad en esta oportunidad está divorciada de las medidas que ha querido tomar el Ejecutivo, ya que el comercio entre las ciudades fronterizas, donde nunca hubo control por el abandono y la desidia de los gobiernos, es fluida y por ende desordenada, y es que los mercados y supermercados de Leticia son surtidos con productos brasileños, de los cuales muchos pasan sin control alguno.
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Otro factor por demás alarmante traída a colación por el Contralor Departamental es que el coronavirus se ha propagado por los barrios más humildes y vulnerables de Leticia, «donde la Policía no entra, no porque sean peligrosos, ahí viven gente buena, pero es muy difícil el acceso”.
