Lo que omite es que desde el paro petrolero de 2001, cuando el fallecido expresidente Hugo Chávez despidió a decenas de miles de empleados de Pdvsa, comenzó la debacle del sector petrolero venezolano

 

El dictador genocida buscado por crímenes de lesa humanidad, Nicolás Maduro, aseguró en las últimas horas que Venezuela registró desde 2014 una «brusca» caída del 99 % de sus ingresos petroleros gracias a las sanciones impuestas desde los Estados Unidos.

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Lo que omite es que desde el paro petrolero de 2001, cuando el fallecido expresidente Hugo Chávez despidió a decenas de miles de empleados de Pdvsa, la debacle del sector petrolero fue tal que todas las refinerías del país hoy están trabajando a menos del 10 %, y las que no llegan ahí están completamente detenidas por falta de mantenimiento.

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Asimismo, se contradice, ya que cuando comenzaron las sanciones, el mismo Maduro dijo que Estados Unidos no era el «rey del mundo» por lo que los «superamigos» del chavismo, Rusia, India, Irán y China aumentarían sus compras y mitigarían el impacto, pues, ahí está.

Maduro y su desespero en números

«Entre 2014 y 2019 Venezuela experimentó la más brusca caída de ingresos externos de su historia, quizás es primera vez que me refiero a estos números de manera pública: en seis años perdimos el 99 % del volumen de ingresos en divisas», dijo Maduro durante una cadena de radio y televisión.

Desde 2015 «en adelante el ritmo de caída de los ingresos externos de Venezuela se eleva a 30.000 millones de dólares al año», precisó, apuntando además que «esta cifra desafía la propia imaginación, resulta imposible imaginar siquiera el tamaño de la presión que ha sido aplicada a nuestra economía».

Según el heredero perfecto de Hugo Chánvez, bajo cuya gestión el país con las mayores reservas de crudo del mundo transita hacia su séptimo año de recesión, «de cada 100 dólares o euros que la nación obtenía por venta de petróleo en 2014 hoy obtiene menos de uno».

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Esto hizo que los ingresos pasaran de más de 56.000 millones de dólares en 2013 «a menos de 400 millones de dólares el año pasado», recalcó, al describir la caída como «gigantesca».

La debacle, indicó, «tuvo como causa inicial la guerra declarada contra los precios del petróleo» para «atacar a los principales productores del mundo», y luego «se pasó a la fase dos, el colapso, el bloqueo total, la persecución total a la economía y las finanzas del país».

Estados Unidos mantiene desde abril de 2019 un embargo de facto al crudo venezolano, además de otras sanciones. El grueso de esas medidas entraron en vigor tras las elecciones falsas de 2018 que le dieron un segundo mandato a Maduro, no obstante las sanciones son directamente en contra de los «funcionarios» del régimen.

El bloqueo sí es de facto

En su alocución, el declarado genocida, denunció un «bloqueo criminal» que obedece a «un salvajismo económico» que ha afectado de manera «importante» indicadores sociales como «la morbimortalidad infantil» y «los niveles de nutrición de la población».

La privada Encuesta Sobre Condiciones de Vida (Encovi) presentada en julio pasado por las principales universidades del país, reveló que los índices escalaron a niveles «nunca» vistos: la pobreza por ingresos alcanzó en 2019 el 96,2 % de los hogares, y la pobreza extrema, el 79,3 %, frente al 92,6 % y el 76,5 % de 2018.

Maduro presentó una propuesta de ley «antibloqueo» ante la Asamblea Constituyente -controlada por el oficialismo- que rige al país y que en la práctica asumió las funciones del Parlamento, único poder en manos de la oposición.

El enemigo interno y el externo tienen la culpa, de manual

Con esta ley, Maduro espera que su régimen pueda «avanzar en nuevas modalidades» que «burlen todos los mecanismos de persecución y bloqueo internacional».

Ello, tras denunciar el «último de los actos de filibusterismo económico», hace mes y medio, dijo, contra buques cargados con insumos para «reactivar las refinerías, producir gasolina y surtir el mercado interno».

«Barcos de Liberia que traían 3 millones de barriles de gasolina para Venezuela, fueron capturados, expropiados ilegalmente por el gobierno de Donald Trump y rematada la mercancía» que «había sido pagada por Venezuela», afirmó.

Durante la pandemia de Covid-19, los venezolanos han vivido una agónica escasez de gasolina que el gobierno socialista ha tratado de sofocar con importaciones, una paradoja en el país que llegó a producir 1,3 millones diarios de barriles de combustibles.

Con información de AFP y Momento24