Parranderos de corazón y firmes en sus tradiciones. Así son los antioqueños a la hora de celebrar la Navidad y el fin de año
Por: Carito Ochoa
Desde febrero se instalan las “natilleras”, un ahorro colectivo, que se puede realizar en familia, o entre amigos, con el fin de tener un buen dinerito para diciembre y poder comprar los regalos de Navidad o para viajar a fin de año.
La alborada del 30 de noviembre es imperdible. Sin importar que sea entre semana, se cierran las cuadras y se compra la pólvora, que va en contra de las leyes, pero así se inicia el mes más esperado. Para esta fecha se define la casa o el lugar donde estará el pesebre y donde los niños, con previa inscripción, estarán en las novenas de su barrio, en las cuales deben participar sin faltar ni un día, porque llaman a lista, y con su presencia, podrán obtener el aguinaldo, producto de la recolección comunitaria.
En las fiestas decembrinas no pueden faltar los manjares antioqueños, una buena excusa para reunir a la familia. El fogón es, preferiblemente, improvisado en el solar o al frente de la casa. Ahí se prepara el natilla tradicional que consiste en una compleja preparación de maíz cocinado por horas, molido por los primos o los tíos más fuertes y luego revuelto con una cuchara de palo de considerable tamaño, evitando que se pegue la mezcla y tratando de encontrar el punto perfecto para compartir con vecinos y amigos.
Además, se puede cocinar un sancocho, hacer una “frijolada” o un marrano bien asado. No puede faltar el festín de la “chicharronada”, con arepa paisa y aguardiente.
El recorrido a ver los alumbrados se hace en la chiva rumbera, donde, entre canto y canto, se disfruta del colorido de la ciudad y de los pueblos; las emisoras premian la cuadra más animada, por ello se pintan las calles, se decoran y se prepara la rumba colectiva para el 24 de diciembre, día de Navidad y la fecha en la que los niños salen estrenado su ropa y el 25 disfrutan el traído del niño Dios.
La saludadita a los familiares, el 31 de diciembre, antes de las 12, para darles el feliz año o el abrazo con el vecino, con quien se estaba enojado, para terminar el año en paz y compartir la rellena o el “calentao”, el 1.º de enero, le dan bienvenida a un año lleno de expectativa y de amor por los propios y por la región.
Feliz Navidad y próspero Año Nuevo les deseamos desde Antioquia, esperando que en el 2021 tengan abundancia y prosperidad.