Nariño es un «territorio históricamente abandonado por el Estado que además está devastado económicamente por la pandemia del coronavirus».
En nueve municipios de Nariño, además de Tumaco, cientos de personas protestaron este jueves en rechazo al regreso de las aspersiones aéreas con glifosato en las selvas colombianos como estrategia principal para acabar con los cultivos de coca.
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El «regreso de las aspersiones con glifosato sería una agresión directa en contra de los derechos fundamentales de consulta previa, soberanía alimentaria, vida digna, salud, mínimo vital y paz», expresó uno de los manifestantes a EFE.
El Gobierno del presidente Iván Duque se mantiene firme en que esta herramienta para combatir el narcotráfico es clave para comenzar a derrotarlo.
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El Comité Por la Vida y la no Aspersión Aérea de la Costa Pacífica de Nariño fue la organización que lideró las protestas este miércoles, mismas en las que también participaron indígenas, campesinos y consejos comunitarios.
Ninguno vaciló a la hora de hablar de la «intransigencia» de un Gobierno que no dará marcha atrás para retomar las aspersiones con glifosato a pesar de «los llamados de siete Relatores de Naciones Unidas, de la comunidad académica, de expertos ambientales, de las organizaciones sociales y del clamor de las comunidades campesinas, indígenas y negras».
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Uno de los manifestantes le comentó a la agencia internacional de noticia que Nariño es un «territorio históricamente abandonado por el Estado que además está devastado económicamente por la pandemia del coronavirus».
«Frente a esta crisis humanitaria la única respuesta que da el Gobierno es la retoma del envenenamiento con glifosato (…) el Estado solo llega en forma de herbicida”, cerró el colombiano.