Procrastinar es sin duda una de las mayores problemáticas en salud mental entre la población. Permanecer en dicha zona de confort afecta significativamente la vida del ser humano.
¿Qué es procrastinar?
El término, en su definición universal, se refiere a la acción de postergar de forma continua las tareas o deberes, ocupándose mejor en distracciones sin mayor utilidad como los videojuegos, el uso del celular, la televisión o, incluso, las prolongadas siestas. Esto resulta perjudicial para alcanzar objetivos y lograr un desarrollo personal que implique disciplina, autosuficiencia y determinación.
Según estudios, el 20% de la población adulta en general y el 50% de los estudiantes universitarios reconocen ser víctimas de la procrastinación.
Jenny Yip, psicóloga clínica y directora ejecutiva del Little Thinkers Center, centro especializado en asistencia académica a los niños en Los Ángeles, asegura que «procrastinar» es molestarse al pensar en una obligación/deber y, por ende, no realizarla(o); distinguiéndolo así de la «pereza», la cual define como «el mínimo deseo de pensar en una obligación/deber».
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¿Cómo hacerle frente?
De acuerdo a investigaciones realizadas por expertos, el primer paso para combatir este hábito es entender por qué hace parte de nuestra rutina: ¿Qué nos está afectando a nivel emocional?, ¿qué nos limita a tener determinación?, ¿por qué nos sentimos fatigados mental y físicamente para llevar a cabo un deber?
A las causas se relacionan la ansiedad, depresión, el estrés, un descanso insuficiente y poco adecuado (per se una mala higiene del sueño) o una actividad física sin mayor regulación. Algunos tips útiles para darle la vuelta al asunto:
• Entender que la perfección a la hora de cumplir un objetivo no existe. Establecer metas reales y cumplibles con cierto margen de error es muy positivo. Nuestro cerebro asociará estas como victorias que nos motivarán a seguir buscando algunas más.
• Diferenciar entre un sueño y un objetivo, que en realidad distan de compartir su significado. El primero, de un rasgo más idealista y a medio plazo; el segundo, cercano y a nuestro alcance.
• Asumir cada propósito como propio. Es decir, tengo una visión MÍA que se irá consolidando a MI ritmo. No hay que esperar cumplir metas en igual o menor tiempo que nuestros semejantes. Cada personalidad se desarrolla en contextos particulares que pueden influir en la velocidad del proceso.
• No restarle importancia a la ayuda que puede brindar un profesional de la salud. Acudir a este cada vez que sea necesario con el propósito de gozar de un estado mental óptimo y lineal.
Aplicar estos comportamientos a nuestra vida cotidiana nos permitirá tener mayor autonomía y disciplina, y por ende, una mente fortalecida por el orden y el impulso de siempre buscar un bienestar emocional, laboral y profesional.
Tips adicionales:
10 trucos que utilizo para EVITAR PROCRASTINAR ⇩
【 H I L O 】
— ???? SALVAJE ???? (@Sdesalvaje) October 11, 2022
