La empresa de entregas a domicilios, Rappi informó que desde que empezó la emergencia por COVID-19 hasta la fecha ha tenido que suspender a 1.500 repartidores por no cumplir con los protocolos establecidos de bioseguridad.

Rappi deshabilitó de manera permanente a 685 cuentas de ‘rappitenderos’ en marzo y 905 adicionales en abril. Aquellos repartidores bloqueados son los que incumplieron con el distanciamiento social, por un uso inadecuado de sus cuentas y por inconsistencias en la información personal registrada.

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La compañía por medio de un comunicado, aseguró que procederá a inhabilitar a los repartidores que incumplan dicha normatividad. “No acatar estrictamente protocolos establecidos no solo pone en grave peligro su salud e integridad, sino la de toda la comunidad de repartidores y también pone en riesgo al personal de los centros de abastecimiento y a la sociedad en general”.

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En la emergencia sanitaria la demanda para esta compañía se ha duplicado lo que implica que sus las ganancias de los domiciliarios haya aumentado un 14%. Por lo mismo la empresa estableció un equipo de brigadista encargado de evitar aglomeraciones y reportar anomalías a las autoridades pertinentes.

Igual recalcó que se han entregado kits de limpieza y bioseguridad a sus domiciliarios.