La estimulación cerebral profunda en pacientes con obesidad, ha demostrado efectivos resultados para disminuir el consumo de alimentos
La obesidad es la enfermedad que más preocupa en el siglo XXI, pues no solo afecta a las personas mayores sino que las cifras han estado aumentando en jóvenes y niños.
Actualmente existen dietas, pastillas y hasta cirugías que prometen disminuir el peso corporal y a su vez mejorar la calidad de vida, pero recientemente se descubrió una actividad que tiene como personaje principal la actividad cerebral.
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Esta técnica permite actuar directamente sobre el cerebro, «estimularlo» para que cambie de hábitos y mantener así a raya la obesidad.
Mediante la neuromodulación, más concretamente mediante un tipo de proceso cerebral no invasivo llamado estimulación transcraneal, la cual se realiza por corriente directa o tDCS.
Con esto es posible modificar la actividad del cerebro induciendo una corriente eléctrica muy tenue mediante la colocación de electrodos en el cuero cabelludo.
Este procedimiento es cero invasivo, no duele ni tampoco necesita de anestesia.
Cognitive NeuroLab de la UOC estudian el efecto de la estimulación cerebral no invasiva en pacientes con diferentes patologías, entre ellas la obesidad.
Procedimiento
Cuando la persona llega al laboratorio para una sesión de tDCS, se le colocan entre dos y ocho electrodos en el cuero cabelludo. La cantidad de electrodos y su posición dependen de la enfermedad a tratar.
Durante 20 minutos, la persona está sentada cómodamente mientras a través de los electrodos se induce una corriente eléctrica de muy baja intensidad, dirigida a un área de cerebro especialmente relacionada con la obesidad. Tras esos 20 minutos, retiramos los electrodos. Las sesiones se repiten a diario a lo largo de 5 o 10 días, dependiendo del tratamiento.
Esta técnica es nueva y de uso reciente, por lo que únicamente está establecida como tratamiento en algunas patologías, como la depresión o el dolor crónico.
Por lo tanto, es pionera en todos los sentidos, pero cabe la posibilidad de usarse frecuentemente en trastornos de la alimentación, puesto que la investigación en este campo es muy escasa a nivel mundial.