A dos décadas de la tragedia el Corregimiento Villa del Rosario – El Salado es un pueblo fantasma.
El país se despierta recordando el dolor de que dejó la tragedia de la masacre en El Salado, cuando 450 hombres de las Autodefensas Unidas de Colombia, al mando de Salvatore Mancuso y Jorge 40 se tomaron el corregimiento y asesinaron a 61 personas.
La masacre duró cinco días, del 16 al 22 de febrero del 2000 y fue sentenciada por medio de panfletos lanzados desde un helicóptero el 23 de diciembre de 1999, donde le aseguraban a la comunidad que debían disfrutar de las fiestas porque esas serían las últimas.
Según el informe del Grupo de Memoria Histórica ‘La masacre de El Salado: esa guerra no era nuestra’, 4.000 personas abandonaron el corregimiento convirtiéndolo en un pueblo fantasma, «su huida inicial marcó el inicio de su experiencia de desplazamiento forzado».
A causa de esto, muchos habitantes llegaron a buscar refugio en El Carmen de Bolívar, «pero la persecución de los paramilitares no cesó y muchos se vieron obligados a desplazarse nuevamente, esta vez a ciudades como Sincelejo, Barranquilla y Cartagena».
Por otra parte, el líder de los desterrados de El Salado en Barranquilla, José Montes Alvis, calcula que el 80 % de las personas que salieron del corregimiento en 2000 por el miedo: «seguimos siendo desplazados y no hemos sido tenidos en cuenta, no ha habido realmente un acompañamiento ni un proyecto que en realidad se enfoque hacia las víctimas».
