Además, dice ella, la pusieron a asumir un turno de 5:30 a.m. a 9:00 p.m., e incluso tenía abrir la puerta o recoger domicilios por fuera de ese horario

 

La Superintendencia de Vigilancia y Seguridad ordenó la tarde de este viernes una visita de inspección al edificio Luz Marina de Maez, ubicado en el norte de Bogotá, por el caso de Eddy Fonseca, la celadora que denunció que fue retenida por un mes en ese conjunto residencial con la amenaza de que si se iba a su casa perdería su trabajo.

Celadora fue retenida y maltratada por un mes en conjunto residencial de Bogotá

La entidad -que ya avisó que iría y que seguramente hizo que ahora los posibles responsables de los delitos presuntamente cometidos estén acomodando el lugar en donde la celadora se quedó- verificará cómo fue el tipo de contrato suscrito y quién la contrató, si fue una empresa privada sin autorización o la administración del edificio.

Si la administración contrató directamente a Eddy Fonseca, explica la Supervigilancia, podría haber varias multas de hasta 10 salarios mínimos legales mensuales vigentes, cada una, así como «una medida cautelar que ordene la suspensión inmediata de las actividades».

Y si fue una empresa privada sin autorización, «al contratante le sería impuesta una sanción que oscila entre 20 y 40 salarios mínimos», precisa el ente de control.

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«La Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada rechaza categóricamente este tipo de contrataciones ilegales que no solo afectan al sector económico sino que atenta contra los derechos humanos y laborales, encubriendo la explotación y abusos en contra del personal que presta el servicio de vigilancia», dice un comunicado de la entidad.

Eddy Fonseca, de 51 años, asegura que fue obligada por la administradora y el Presidente del consejo del edificio a permanecer allí y dormir en una oficina del semi-sotano. Según la víctima, ellos la amenazaron con despedirla si se iba a su casa.

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Además, dice ella, la pusieron a asumir un turno de 5:30 a.m. a 9:00 p.m., e incluso tenía abrir la puerta o recoger domicilios por fuera de ese horario.

Por esa carga laboral, se enfermó y el 23 de abril se agravó. Un residente del edificio la ayudó y fue llevada a la Clínica Palermo. Después de que la dieron de alta, volvió a su casa.

Con información de RCN Radio