“No quiero juzgar a nadie sin pruebas, pero sí quiero saber la verdad y que haya justicia”
Su familia pide acelerar la investigación antes de que las pruebas se diluyan. Que aparezca el celular de la joven, que se entreviste a los involucrados, que se rastreen todas las cámaras.
¿Qué fue lo que realmente le pasó a Ana María Castro?
Para esclarecer esta grave situación la Fiscalía y el reconocido abogado Abelardo de la Espriella, junto con los expertos de su firma, serán quienes deberán recopilar la evidencia y atar los cabos sueltos de esta historia llena de vacíos.
Hoy solo existe la reconstrucción de los hechos que hizo la familia de Ana María Castro a través de llamadas y hablando con quienes se enteraron de lo sucedido. El miércoles 4 de marzo, Ana María Castro almorzó en su casa. Se arregló, se maquilló y le dijo a su madre, Nidia Romero, que ese día se iba a encontrar con su amigo Pedro*. No era la primera vez que la familia escuchaba ese nombre y hasta se imaginaron que era un pretendiente. La joven le decía a su mamá que no se preocupara tanto, que ella era consciente de que al día siguiente tenía que ir a estudiar. “Ella estaba haciendo un curso de maquillaje profesional”, contó Nidia.
Esa noche, Nidia quedó intranquila, a tal punto que alcanzó a hacerle casi 50 llamadas. El celular de la joven estuvo encendido hasta las 9:30 de la mañana del jueves 5 de marzo. Las amigas de Ana María no decían nada, hasta que a las 12:30 del mediodía, una de ellas, Pilar*, contacta a Nidia y le dice que su hija había sufrido un accidente.
Como puede, la madre desesperada busca un contacto en la Policía y mientras lo hacía vuelven y le escriben: “Está en el hospital Simón Bolívar”.
En el hospital donde recibieron a Ana María un enfermero jefe. Este dice que la joven había sido remitida del hospital de Engativá a eso de las 4:22 de la mañana y que había llegado a las 5. “Me dijeron que tenía un trauma craneoencefálico severo. En ese momento me dijeron que ella tenía muerte cerebral”.
Nidia también conoció la versión de la patrullera que vio a la joven recién ocurrió todo. Tardó tres minutos en llegar al lugar de los hechos. “Vio a mi hija tirada en el piso, en la vía, pero cerca del andén, que sangraba por la nariz y por los oídos. Que sus ojos se iban para atrás, que sus piernas estaban dobladas y que notó la delgadez de su cuerpo”.
La patrullera dice que un supuesto testigo asegura haber escuchado un fuerte frenón y que luego vio cómo tiraron a una joven desde un carro. “Lo que yo no me explico es por qué no, desde ese mismo momento, buscaron el vehículo, lo inspeccionaron, lo inmovilizaron y llamaron a las tres personas que iban con mi hija allí”, se cuestiona Nidia.
Fuente de investigación: El tiempo